Carta de una Madre Bibliotecóloga

8 de noviembre de 2007

"Mi adora hija,

Ahora que debes enfrentarte a una decisión que puede marcar tu vida para siempre, te escribo esperando que mis palabras te guien y ayuden a elegir mejor.

Tu puedes ver con afecto nuestra biblioteca y encontrar interesante mi trabajo entre ellas, puedes pensar que porque desde pequeña te lleve a bibliotecas en las que te sentiste a gusto y porque mi ayuda te permitió encontrar más facilmente las tareas absurdas e interesantes que tuviste en el colegio, que ser bibliotecaria puede ser también una opción para tí.

Pero tu no sabes hija mía la verdad, que voy a contarte ahora, sobre mi profesión:

No es cierto que vivir entre libros es maravilloso, siendo bibliotecaria pocas veces tienes tiempo de leerlos a gusto y se terminan convirtiendo en objetos de laboratorio que sólo significan más trabajo. Además pocos bibliotecarios trabajan hoy entre libros y menos aún los leen, la verdad, hija mía, es que los bibliotecarios terminan hartos de los libros como el chef termina hastiado de los maravillosos platillos que prepara.

Siendo mujer y bibliotecaria tendrás sobre tí una imagen permanente que te perseguira. Si eres muy bella, tus colegas te haran la vida imposible; si renuncias a verte bien los hombres huiran de tí, diciendo: claro, es bibliotecaria. Si eres muy callada y no haces amigas íntimas en el trabajo, tus colegas hablaran mal de ti y en poco tiempo estaras buscando trabajo; si eres amable y festiva y te conviertes en el centro de atracción, los celos de todas te perseguirán
y también tendrás que buscar trabajo de nuevo.

Laboralmente tus contratos serán siempre temporales y si logras vincularte y obtener un cargo directivo, tendras que lidiar con la incomprensión de colegas que no soportaran verte como jefe y te haran la vida imposible. Por que crees, hija mía, que hay tantos directores
de bibliotecas que no son bibliotecarios? No es porque no podamos dirigirlas, es porque no soportamos ser dirigidos por otro bibliotecario.

Si inviertes tu tiempo y dinero en estudios de postgrado, te quedaras por fuera del sistema laboral por estar "sobre capacitada"; y sino sigues estudiando te despediran por lo contrario. En cualquier momento podrás ser reemplazada por un becario que cobra menos, o por un
ingeniero que sabe más, o por un sociologo que es más serio, o por cualquier otro que crea que puede hacer tu trabajo mejor que tú. Porque qué misterio puede tener la bibliotecología?

Y lo peor hija mía, siempre tendrás que estar explicando a todo el mundo que es la bibliotecología y que hace un bibliotecario, siempre habrá voces bajas cuando digas tu titulación y miradas de pesar y comprensión. Todos pensaran que estudiaste eso porque no eras lo
suficientemente buena para hacer otra cosa, o porque eres muy perezosa para estudiar una carrera universitaria de verdad. Y tus amigos llamaran a tu casa para que les busques rarezas de crucigrama, o tareas para sus hijos y no dejaran de preguntarte, para qué bibliotecarios si
ya hay Internet?

Por eso te pido, hija mía, no te hagas bibliotecaria. Pero si aún así crees que las bibliotecas y la lectura son indispensables en el mundo, y que los bibliotecarios pueden hacer algo para hacer posibles los sueños humanistas en los que ya nadie cree y te atreves a ser bibliotecaria, con orgullo te llamaré colega.

Tu madre que te quiere"

1 comentarios:

Anónimo dijo...

:')

Las tristes verdades que nos hacen ser felices sobre quienes somos.

Insisto en decirte que tu carrera es importante, para mi siempre será un mágico enclave en donde ciencia y humanidad pueden disfrutar de un buen café juntos.